El cuerpo reencontrado constituye el séptimo capítulo del libro Semiosis Social, escrito por EliseoVerón y se llama así porque su autor considera que la lingüística saussureana
no tomó en cuenta la problemática del cuerpo. En cierto sentido, el cuerpo se
perdió. Lo que va a intentar justamente Verón va a ser reencontrarlo, es decir, problematizarlo, estudiarlo, analizarlo.
Verón critica a la
lingüística saussureana por no considerar al cuerpo. Los que sí lo tomaron en
cuenta fueron los pensadores de la
Escuela de Palo Alto. Estos manejaban una concepción saussureana de signo y definieron
dos tipos de codificaciones:
CÓDIGOS DIGITALES
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CÓDIGOS ANALÓGICOS
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Ejemplo paradigmático: la lengua
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Ejemplo paradigmático: las imágenes y los gestos
corporales
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Discontinuidad: la lengua está hecha en base a
combinación de distintas unidades mínimas (fonemas)
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Continuidad: en las imágenes no pueden distinguirse
unidades mínimas. La imagen es un todo coherente.
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Arbitrariedad: la relación que mantienen los
representantes (signos) con los representados (objetos) es convencional
(arbitraria). La mesa puede representarse mediante el signo mesa o table.
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No arbitrariedad: la relación entre representantes y
representados es motivada (la huella de la pata de un caballo no es semejante
al caballo, pero puede funcionar como signo de caballo)
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No similaridad: la palabra mesa (signo) no se parece, en absoluto, a la mesa misma (objeto)
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Similaridad: el gato representado debe presentar
ciertas cualidades perceptibles del gato
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Así vemos cómo la Escuela de Palo Alto
consideraba los gestos como ejemplos paradigmáticos de lo que ellos llamaban
códigos analógicos. Así, para la
Escuela de Palo Alto, por ejemplo, el gesto de un puño
cerrado cumpliría con todas las reglas de códigos analógicos: continuidad,
no-arbitrariedad y similaridad. Verón se va a oponer a considerar que los
gestos cumplen con estas reglas, dado que el gesto de un puño cerrado representa
una amenaza de golpe, pero de ninguna manera se asemeja al golpe.
Verón considera que el
puño cerrado es el paso previo al golpe efectivo. Así, entonces, el acto de
golpear incluye una parte que es cerrar el puño y otra que vendría a ser el
golpe propiamente dicho. De esta forma, tenemos que el puño cerrado es una
parte de un todo. El puño cerrado establece con el golpe una relación
complementaria, fundada en la regla metonímica de la contigüidad parte-todo. Es
por esto que Verón está interesado en estudiar el cuerpo en relación con la
capa metonímica de producción de sentido.
Así, Verón en lugar de
hablar de códigos digitales y analógicos va a preferir hablar de tres órdenes:
el orden de lo icónico, de lo indicial y de lo simbólico, para aplicarlo a la
constitución del sujeto significante.
La constitución del sujeto significante
Verón cree que lo que
primero produce sentido es el cuerpo. El niño, antes de hablar, produce sentido
a través del cuerpo: ríe, llora, grita. Verón plantea que hay tres formas en
que se constituye el sujeto:
1. En sus primeros meses de vida, el bebé produce
pocas conductas, que están vinculadas con pocas situaciones. Es decir, el bebé
llora porque tiene hambre o tiene frío. No hace mucho más que eso. Cuando
llora, la mamá le atribuye sentido al llanto (“El bebé llora porque debe tener
hambre”, piensa la mamá) Esta conducta se vincula con la demanda del bebé y su
correspondiente satisfacción. Entre el bebé y su mamá se establece una relación
de complementariedad, dado que a la demanda del bebé, la mamá responde con
su correspondiente satisfacción. No hay similaridad porque al llanto del
bebé la mamá no responde con una conducta similar, la mamá no llora. No hay
semejanza entre la conducta del bebé y la de la madre. Además, uno no puede
sustituir el hambre por otra acción. El hambre es una necesidad vital
insustituible que debe ser satisfecha correspondientemente, es decir, comiendo.
Si uno no satisface la demanda de hambre, se muere. Con los deseos pasa otra
cosa: pueden ser sublimados (sustituidos por otra acción). La regla que estuvo
operando fue la capa metonímica de producción de sentido. Esta primera
etapa presenta un predominio del orden indicial.
2. Cuando el niño crece, se multiplican las
conductas y las situaciones a las que esas conductas pueden reenviar (remiten).
Ahora, cuando el niño llora, puede ser por varias razones: porque tiene hambre,
porque quiere llamar la atención o porque ve a otro nene llorando (lo imita). A
la vez que opera lo indicial, empieza a operar algo de lo icónico también. La imitación opera en el orden de lo
icónico mediante reglas de semejanza, usando el cuerpo.
3. Cuando el niño llega aproximadamente a los
3 años de edad, empieza a experimentar con su cuerpo el habla y la lengua.
Empiezan a operar operadores lingüísticos en el niño a través de sus
padres, quienes le enseñan a hablar y lo que el niño debe o no hacer con su
cuerpo. Es el momento en que se le aplican restricciones al cuerpo
significante. Los papás le prohíben al nene decir malas palabras, eructar o
pegar, de acuerdo a las convenciones sociales, para insertarlo en la
cultura. A lo indicial y lo icónico (que ya estaba operando en el nene) se
agrega el orden lo simbólico.
Lacán y la fase del espejo
Lacán retoma
conceptos del psicoanálisis, entre ellos, la constitución del sujeto. Para el
psicoanálisis, el niño no nace sujeto, sino que se constituye como tal. Esta
constitución tiene, para Lacán, dos escalones:
1. El primer escalón tiene que ver con el orden
de lo imaginario, el cual se
vincula con una relación dual, que se manifiesta en la identificación
primera (madre-hijo). La fase del espejo tiene tres instancias:
a. El bebé puesto frente a un espejo cree que
está frente a otro bebé (el bebé cree que está en presencia de un otro)
b. El niño se da cuenta que está en presencia de
una imagen, pero sigue creyendo que es otro niño (el niño cree que está ante la
imagen de otro)
c. El nene advierte que es la imagen reflejada de
su propio cuerpo lo que ve en el espejo (el nene ya sabe que está ante la presencia
de la imagen de su propio cuerpo. Esto le permite identificarse a sí mismo y
con otros)
El niño antes creía que era un componente del cuerpo
de la madre y que, si se fragmentaba esa unidad madre-hijo, podía disgregarse
(desaparecer).
2. Entre los 18 meses y los 3 años se da el otro
gran escalón que va a permitir que el sujeto termine de constituirse como tal.
Este segundo escalón está en el orden de lo simbólico: el nombre-del-padre interfiere entre la madre y
el hijo. La relación otrora dual (madre-hijo) se vuelve triádica
(madre-padre-hijo). El padre es el que establece la ley: la prohibición del
incesto (complejo de Edipo). Este escalón tiene que ver con el orden lo
simbólico por dos razones: porque el niño empieza a dominar el código de la lengua
y empiezan a operar todas las restricciones que lo socializarán (permitirán que
puede vivir en sociedad, sin hacer incesto, sin eructar, sin pegar ni
decir malas palabras, etc)
El sujeto como invariante universal de reconocimiento del sentido
Para Verón, el sujeto es
el invariante universal de reconocimiento del sentido. El sujeto es un punto de
pasaje del sentido. El sujeto significante se ve atravesado por los planos
icónico, indicial y simbólico desde sus primeros años de vida y desde el
principio de los tiempos: las pinturas rupestres así lo demuestran. Por esto es
invariante (ha pasado el tiempo y esto no ha variado) y es universal (es en
todas las culturas del mundo así). Esta característica del sujeto (verse
atravesado continuamente por los planos icónico, indicial y simbólico)
trasciende lo cultural-social. En este aspecto, Verón, enfoca el costado
biológico del sujeto.
La mirada como bisagra entre el orden icónico e indicial
La mirada se activa en
relación a objetos o imágenes. La imagen es un espacio de deslizamientos
metonímicos, que se recorre a través de trayectos. La mirada funciona como
trayectos, recorre espacios, se detiene. Hasta aquí lo que relaciona la mirada
con el orden indicial. El orden icónico actúa en el plano en el que se posa la
mirada, sobre el que está puesta la atención del ojo, aquella imagen u objeto
que activó o dinamizó la mirada.
Características del cuerpo significante, según Verón
· No linealidad: los sonidos que van articulando palabras en el orden
de lingüístico se suceden en una cadena lineal (no pueden superponerse dos
sonidos al mismo tiempo). Con el cuerpo pasa lo opuesto: hay distintos niveles
actuando sincrónicamente (la mirada, los gestos de las manos, la postura, la
entonación de la voz, etc)
· Imposibilidad de operar a nivel meta: un reenvío que se refiera a un reenvío
pensado en términos del cuerpo resulta imposible. Con el sistema de lengua, en
cambio, uno sí puede hablar sobre el sistema de la lengua en sí mismo. En la
imitación o las burlas operan reglas de semejanza y no metadiscursivas. Con
gestos corporales no se puede dar cuenta de las características de la
gestualidad.
· Imposibilidad de operar negativamente: con el cuerpo se puede decir “no”, pero esto
es un signo convencionalizado. Este gesto está atravesado por la convención
cultural.: cuando los occidentales decimos que no con la cabeza, los orientales
pueden entender que sí. No obstante todo esto, no hay un operador de negación
en la gestualidad: por ejemplo, con el cuerpo no se puede comunicar que no hay
un vaso sobre la mesa.
· No hay modalizadores: con el cuerpo no se puede decir “quizás”,
“tal vez”, etc. No se puede suspender la asersión con el cuerpo. Con el cuerpo
sólo puede hacerse una afirmación directa: sólo puede decirse SÍ (asersión).
·
Confusión entre el significado y el
significante: una parte
del significado sirve de significante. Esto tiene que ver con la regla de contigüidad
(parte/todo, etc.) que opera en la capa
metonímica de producción del sentido. El cuerpo se presta a una
confusión entre significado y significante.
· No hay
contradicción: pasaje al contrario
(está ligado a la puntuación de hechos por la no linealidad) En la lengua
nosotros sabemos cuándo termina una frase y se pasa a la otra. Con los
comportamientos, a veces pasa que remitimos la causa de un comportamiento
propio a otro ajeno y anterior.
Relaciones simétricas VS relaciones complementarias (o asimétricas)
RELACIONES SIMÉTRICAS
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RELACIONES ASIMÉTRICAS
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Posibilita
la comparación y la sustitución
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No
posibilitan la comparación ni la sustitución
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Las
metáforas son el resultado de sustituir un significante por otro: así, en
lugar de decir petróleo puede decirse oro negro.
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Las
metonimias NO pueden ser construidas sustituyendo un significante por otro,
sino por relaciones complementarias
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Ejemplos
de relaciones simétricas: oro negro – coca cola; oro negro – petróleo;
pelirrojo – fosforito, travesti – gato, …
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Ejemplos
de relaciones complementarias: alumno-profesor, padre-hijo, parte-todo,
lejos-cerca, autor-obra, contenido-continente
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Ejemplos
de metáforas:
·
Aquella mujer es una leona (=
fiera)
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Ejemplos
de metonimias:
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Reglas
de similaridad: el oro negro se asemeja al petróleo
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Reglas
de no similaridad: las obras de Borges no se
asemejan a la persona de Borges
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Reglas
de semejanza
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Reglas
de contigüidad (parte-todo, autor-obra, …)
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Lo
icónico: se elige algunas cualidades perceptibles de un objeto para
representarlo.
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Lo
indicial: un signo representa a su objeto mediante reglas de contigüidad o
lazo existencial (la parte no puede existir sin un todo; el humo no puede
existir sin el fuego y viceversa, por eso es existencial)
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El
cigarrillo de un cartel de prohibido fumar representa sólo algunos caracteres
perceptibles de los cigarrillos: puede representar su forma, pero
generalmente no representa el color ni el perfume.
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Un
cartel de prohibido fumar es un indicio de que lo rodea un espacio donde no
está permitido fumar. Asimismo, un cartel con el dibujo de una mujer en una
puerta es un indicio de que del otro lado hay un baño para mujeres. Toda
puerta es un indicio de un espacio.
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La
imagen es ícono en tanto obedece a las reglas de similaridad y sustitución
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La
imagen es un espacio de deslizamientos metonímicos. Una imagen se recorre a
través de trayectos.
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La
mirada se activa en relación a objetos o imágenes
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La
mirada funciona como trayectos, recorre espacios, se detiene
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